La mitad de los adolescentes de Zamora consumen, como mínimo, un litro de bebida energética a la semana
Medio litro de azúcar, cafeína, taurina, ginseng, colorantes añadidos, extracto de guaraná, vitaminas B2, B3, B6, B12; L-Carnitina y L-Tartrata, entre otros componentes. Una bomba azucarada y energética a poco más de un euro. Con sabores llamativos y un packaging (la lata) diseñado para gustar. Medio litro que equivale a 16 terrones de azúcar y tres tazas de café espresso, todos juntos, y en la mano de nuestros adolescentes. Jóvenes que con 12 años (o menos) se hacen con este tipo de bebidas y las consumen sin preguntarse cómo afecta a su organismo. De hecho, la revista médica The BMJ publicaba recientemente el caso de un joven de 21 años que acudía a urgencias por falta de aliento e hinchazón abdominal. Tras ser examinado, se le detectaba un fallo renal con retención urinaria y un fallo cardíaco severos, tras consumir dos litros de bebidas energéticas cada día.
España ha puesto ya el foco en la necesidad de regular su consumo, ya que varios estudios, como la última encuesta sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) del Plan Nacional sobre Drogas desvelaba que cuatro de cada diez estudiantes de entre 14 y 18 años ha tomado este tipo de bebidas en el último mes. Un furor por estas bebidas energizantes del que los jóvenes zamoranos no son ajenos. Solo hace falta fijarse un poco para observar la cantidad de adolescentes de la capital que pasean por La Marina o la calle Santa Clara con una de estas populares latas en la mano.
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