Programa DÉDALO
¿Qué es?
El programa Dédalo de la Junta de Castilla y León, se dirige a familias de niños y adolescentes en situación de riesgo, y tiene por finalidad el ayudar a los padres a afrontar de manera más eficaz algunas de las dificultades que plantea la educación de los hijos.
Los contenidos de DÉDALO fueron seleccionados sobre la base de la experiencia de los autores del programa en el desarrollo de programas de prevención familiar y de las valiosas propuestas de un grupo de profesionales implicados en el desarrollo de intervenciones preventivas en Castilla y León. Antes de que adquiriera su formato actual, DÉDALO fue objeto de una aplicación piloto que permitió incorporar mejoras en su diseño. Dicha aplicación se llevó a cabo en los municipios de Salamanca, San Andrés de Rabanedo (Leon), Valladolid y Zamora, y contó con la participación de numerosas familias y la colaboración de diversos profesionales vinculados a sus respectivos programas de prevención de drogodependencias.
¿A quién va dirigido?
Familias con hijos preadolescentes (con edades comprendidas entre los 9 y los 13 años), con riesgo en los padres o en los hijos. Y en los que se detectan problemas de adaptación y rendimiento escolar y problemas precoces y persistentes de conducta que por su intensidad no requieren una intervención terapéutica especializada.
¿Qué hacen?
Algunos de los objetivos del programa son mejorar la cantidad y calidad de la comunicación familiar, disminuir la frecuencia y la intensidad de los conflictos familiares, mejorar la capacidad de los participantes para manejar emociones negativas, favorecer el establecimiento de vínculos positivos entre padres e hijos, aumentar el uso de la resolución de problemas en la educación de los hijos, entre otros.
La duración del programa es de 4 meses, durante este periodo se aplica un total de 20 sesiones de 90 minutos cada una, distribuidas del siguiente modo: 10 sesiones para padres, 6 para hijos y 4 conjuntas, en las que participan los padres y los hijos. De este modo, los padres participan en un total de catorce sesiones y los hijos en un total de diez. La frecuencia de aplicación es semanal para los padres (excepto para la última sesión, de seguimiento). Las sesiones en que participan los hijos se aplican también mayoritariamente con una frecuencia semanal, si bien, en su caso, se intercalan dos periodos de descanso de una semana.
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